Todo lo que necesita saber sobre el autoempleo y franquicia.
Una franquicia de autoempleo es aquella que permite a un emprendedor poner en marca un negocio, habitualmente de baja inversión (por debajo de 90.000 €) y con el que se gana la vida gestionándolo directamente.
Qué le parecería poner en marcha un negocio sin tener que pensar en buscar un nombre y sin diseñar una imagen. Qué le parecería que le dijeran los productos que mejor se venden, dónde puede comprarlos y cómo atender a los clientes de la forma más adecuada.
¿No sería estupendo que le señalaran la publicidad más efectiva para su negocio y que además se la proporcionaran y le contaran dónde debe ubicarse? ¿Y si tuviera la oportunidad de que le asesoraran en la explotación de su negocio, señalándole en qué se equivoca y cómo puede mejorar?
Estamos convencidos de que todo ello minimizaría el riesgo de fracaso en su negocio. Pues bien, esto es lo que le ofrece el sistema de franquicia. Cómo llegar hasta aquí es lo que vamos a tratar de explicarle:
Nuestro primer contacto con el mundo de la franquicia es siempre como clientes. Cuando una persona se plantea la posibilidad de montar un negocio la pregunta surge de forma natural: ¿por qué no una franquicia? La mayoría de las que conocemos funcionan muy bien, siempre están llenas de clientes, son un punto de referencia dentro de su sector y están a la última en todo (producto, técnicas de venta, tecnología, etc.). Sin embargo, siempre aparece la misma duda: son muy caras, ¿no? ¿Qué obtengo y a cambio de qué? ¿Dinero, trabajo, las dos cosas, algo más?
Esperamos que, tras la lectura de estas líneas, estará en condiciones de acercarse a este sistema sin prejuicios.
Tomando en consideración lo dicho hasta ahora, resulta fácilmente comprensible la atracción de emprendedores y empresarios de todo el mundo hacia este sistema.
Ello se desprende de las estadísticas que, tanto a nivel nacional como supranacional, demuestran el asentamiento de esta modalidad de comercio minorista (sólo en España se han producido unas 3.000 aperturas al año, o lo que es lo mismo, se abre una franquicia cada tres horas aproximadamente).
Las cifras hablan por sí solas, mientras que el comercio tradicional tiene una tasa de mortandad bastante elevada (un número alto de negocios no permanece abierto más de dos años) la franquicia tiene unos ratios mucho más favorables (únicamente un 5 – 7% de las franquicias fracasa).
Con estos números es más que lógico que en países como EE.UU. el porcentaje de comercio que se mueve a través de la franquicia sea superior al 50% mientras que en entornos como el nuestro ronde el 10%, aunque con una marcada y constante línea ascendente. De hecho hay sectores en los que el autoempleo en franquicia empieza a tener un predominio abrumador y una presencia cada vez más fuerte. Estos hechos no son fruto de la casualidad y sí de un trabajo bien hecho durante años, de una investigación constante y dirigida a ser más competitivos en un entorno que lo exige y, sobre todo, de la inversión constante en crear unas marcas fuertes, reconocidas y demandadas por el público. Esto último, la marca, constituye el principal activo de la franquicia y es el motivo fundamental por el que los clientes se acercan a las mismas.
Una de ellas la acabamos de ver, supone una reducción del riesgo espectacular frente a establecerse por cuenta propia y de manera independiente.
La otra, también importante, es el sensible ahorro de tiempo en el desarrollo de un negocio (entre dos y seis meses) puesto que se proporciona todo perfectamente estandarizado. La ventaja no es s—lo que todo está perfectamente estudiado, hasta el más mínimo detalle, sino que además funciona.
Recordemos esto de que alguien “sabe hacer las cosas” (saber hacer) porque ahí está la clave de todo. Si una franquicia no proporciona este saber hacer no vale la pena apostar por ella. Si la franquicia presenta ventajas frente al comercio iniciado a título propio, no debemos renunciar a obtener dichas ventajas.
Cuando se plantea la disyuntiva entre montar un negocio independiente o invertir en una franquicia, este punto es determinante. Con la franquicia tengo un amplio camino recorrido que de otra manera tendría que andar: definir una oferta de productos, buscar proveedores de los mismos, escoger la decoración, el nombre comercial, los equipos a incorporar, aprender a manejarlos, saber cuál es la mejor ubicación y muchísimas cosas más. En la franquicia todo esto está resuelto y sólo debo pensar en realizar la inversión, formarme y vender (que no es poco), del resto se ocupará el franquiciador. Suena bien que me proporcionen todo esto.
Haga una comparativa de todo lo que necesitaría hacer para montar el negocio por su cuenta y lo que necesita para hacerlo a través de la integración en una franquicia, describiendo una a una las necesidades en cada caso. Se sorprenderá de la diferencia y además tenga en cuenta un peque–o detalle, en el primer caso sus posibilidades de fracasar son muy superiores.
Como dice la publicidad de una franquicia de bocadillos líder del mercado: “Lo más duro de los negocios es empezar, entonces, ahorrémonos esa parte”.
Esta división de funciones tiene un sentido fundamental: conseguir que cada parte se ocupe de lo que puede hacer mejor y de esta manera que el franquiciado dedique más tiempo a lo que más beneficios reporta: vender.
Pero, ¿qué es lo que hace posible que todo funcione? Un hecho completamente diferencial que se conoce como saber hacer y que se va a poner a mi entera disposición para que haga uso de él en el mercado que se me asigna. Nadie duda a estas alturas que muchas de la redes de franquicia consolidadas que se centran en el autoempleo saben hacer las cosas y es este saber hacer el que les da Éxito en el mercado. Pero existen otro tipo de empresas que están empezando: ¿cómo podemos averiguar si saben hacer bien las cosas, si disponen en definitiva de un saber hacer que me va a proporcionar la ventajas de las que hablamos?
El tamaño de la empresa no es concluyente para asegurar la existencia o no de saber hacer, no debemos olvidar que la mayoría de las franquicias empezaron siendo pequeñas estructuras. Más adelante le proporcionaremos unas pautas para que pueda guiarse en este proceso de selección de franquicias.
En definitiva, y con todo lo dicho, ¿qué cree usted más interesante, desarrollar un saber hacer por su cuenta, o que alguien que ya lo ha experimentado, se lo transmita, ahorrando tiempo y acercándose más al Éxito?
Existe la creencia de que abrir una franquicia es más caro que montarse un negocio por cuenta propia. No tiene por qué ser así, no debe ser así. ¿Cuánto estaría usted dispuesto a gastarse para que le proporcionaran la fórmula del Éxito de un negocio cualquiera?
¿Qué obtengo como contraprestación al pago del canon de entrada?, ¿es valiosa la formación inicial que obtengo del franquiciador?, ¿me beneficiaré de economías de escala?, ¿participaré en campañas conjuntas de marketing?
Haga números y verá cómo en ningún caso le sale más caro integrarse en una franquicia que establecerse por su cuenta; el único coste adicional será el canon de entrada y lo que obtendrá a cambio del mismo (el saber hacer) vale mucho más que la cantidad que va a pagar por él.
Además , existen franquicias de todos los precios y dentro de todos los sectores. El mito de que la franquicia es cara se desmonta informándose.
El 34% de las franquicias, están dentro del rango del autoempleo, y solicitan inversiones por debajo de los 90.000 €.
Ahora bien, la persona que se plantea la posibilidad de integrarse en una red de franquicia debe ser consciente de que se trata de un sistema que, a fin de garantizar la absoluta fidelidad del negocio reproducido en el franquiciado, coarta en gran medida la capacidad de Éste de tomar decisiones sobre su propio negocio. Cualquier innovación, modificación o peculiaridad que uno piense aplicar está desechada en este sistema de asociacionismo. De otra forma se quebraría, más pronto que tarde, la identidad de la red.
Ante esta realidad, uno debe preguntarse si su personalidad es adecuada para admitir tal limitación de la propia autonomía.
En este sentido, sobre la selección del franquiciado más adecuado, es clarificador el ejemplo del mercado norteamericano, tan rodado en materia de franquicia, donde algunas enseñas buscan su franquiciado ideal en la figura del militar retirado, sí, de un militar retirado porque en él se ven algunas de las aptitudes que mejor adornan el ideal de franquiciado: se valora no sólo su capacidad de inversión en el propio negocio, sino, sobre todo, su espíritu disciplinado y su capacidad de trabajo y el hecho de que se trate de una persona acostumbrada a trabajar por objetivos.
Con este ejemplo lo único que queremos significar es que no todos los perfiles son adecuados para montar una franquicia. Un exceso de iniciativa o un carácter muy emprendedor son características que no encajan a la perfección con los requerimientos de la mayoría de las redes.
Por supuesto toda la materialización de las ventajas descritas pasa por estas dos características auténticamente diferenciales de un sistema de franquicia y sin las cuales hablaríamos de otro tipo de acuerdo comercial como la concesión, la distribución en exclusiva, la representación, el contrato de agencia o cualquier otro de naturaleza similar.
Acabamos de señalar que una de las ventajas principales, quizá la principal, de integrarse en un sistema de franquicias, consiste en la transmisión del saber hacer que recibiremos del franquiciador.
Ahora bien, ¿cómo se nos va a transmitir este saber hacer?, porque si el franquiciador se limita a darme una serie de manuales cuyo contenido es en muchos casos casi ininteligible, ¿qué ventaja obtengo?, sería como comprarme libros que me enseñasen a montar un negocio cuyo contenido es meramente teórico.
No existen normas escritas al respecto pero desde los planes de formación de un solo día hasta los que abarcan más de un mes podemos encontrar ejemplos de todo tipo. Todo depende de la complejidad del negocio para asimilar el saber hacer.
Franquicias como la americana Merry Maids incluyen en su programa de formación un tutelaje por un franquiciado cercano a su zona de exclusiva que se encarga de darle cobertura y asistencia durante los primeros meses de actividad.
Otras proporcionan servicios que van desde la franquicia llave en mano, o incluso el servicio post-venta a clientes. Todos estos servicios tienen un reflejo claro en la cuenta de resultados de cualquier negocio.
Si tenemos en cuenta que un gran número de franquicias prefieren franquiciados que no tengan experiencia anterior en la actividad que van a desarrollar, valoraremos la importancia de recibir una formación inicial lo más completa posible. El motivo fundamental es evitar personas que vengan con vicios adquiridos de otros negocios.
Las novedades hay que probarlas, experimentarlas, incorporarlas y formarse respecto a ellas. Hacerlo por cuenta propia es una tarea dura y en ocasiones imposible. La franquicia me abre este camino.
Estrechamente relacionada con la formación se encuentra otra de las ventajas que aporta el sistema de franquicia: La asistencia y el funcionamiento de esta se manifiesta mucho antes, incluso, de firmar el contrato de franquicia.
Se pueden preguntar ¿cómo es posible esto? Muy sencillo analizando el comportamiento que esa franquicia está teniendo en las fases previas e informativas. ¿Cómo me están atendiendo? ¿Responden con rapidez? ¿Me envían información? ¿Resuelven las dudas que les planteo? ¿Se nota falta de coordinación? ¿Cómo se va a enfocar la búsqueda de local? Analicemos el tiempo que han tardado en gestionar este proceso, la calidad en la forma de hacerlo y los conocimientos que evidencia en las fases previas. Será un reflejo de la asistencia que recibiremos en el futuro.
Una franquicia que desde un primer momento no muestra ningún interés por un candidato y no le atiende debidamente, aunque sea para decirle que no le interesa su candidatura, evidencia su falta de seriedad.
Para esto está el franquiciador, para mostrarnos lo equivocados o acertados que podamos estar, y ayudarnos a seleccionar la ubicación más adecuada.
Estamos viendo como entrar en el mundo del comercio o los servicios es mucho más ventajoso que hacerlo de manera independiente y por cuenta propia, pero existen unas 600 franquicias dentro del rango de autoempleo ¿cómo elegir adecuadamente?.
El gran reto en la selección de la franquicia más adecuada es identificar aquellas cuyo saber hacer suponga un verdadero valor añadido para mi nuevo negocio.
Es precisamente esto lo que, como hemos señalado, interesa: Adquirir la experiencia de otro probada con Éxito, la minoración de riesgos y la ventaja de iniciar la explotación del negocio con la parte más dura del camino ya recorrida.
La mayor responsabilidad que se puede exigir al potencial franquiciado es, precisamente, seleccionar de forma adecuada aquella red en la que quiere integrarse.
¿Conoce ya el sistema de franquicia?, si no es así empiece por aquí y puede hacerlo en las siguientes fuentes:
Convencidos ya de que el sistema de franquicia puede ofrecernos más ventajas que inconvenientes y que es una vía a tener en cuenta para reducir el riesgo de fracasar a la hora de montar nuestra propia empresa, es muy importante comprobar si reunimos los requisitos necesarios para ser franquiciado.
¿Cuánto estamos dispuestos a invertir? Ya hemos visto lo que cuestan la franquicias, compárelo con sus expectativas. ¿Disponemos de local? ¿Estamos dispuestos a asumir directrices?
Un auto-análisis previo nos ayudará a descubrir si nuestra actitud y circunstancias particulares son las más adecuadas para integrarnos en una cadena. Recordemos el perfil de militar retirado y enterémonos de lo que espera de nosotros cada franquicia.
Un negocio, puede también ser excelente y, sin embargo, no ser un negocio que se adapte a nuestro ideal de vida. Todos pensamos que el restaurante en el que comemos diariamente debe ser un gran negocio, pero compadecemos al dueño que madruga unas cuantas horas más que nosotros para hacer la compra diaria. Es sólo un ejemplo, pero sirva para tener en cuenta que la franquicia que escojamos será un trabajo duro, en todos los casos, y que ocupará un número importante de nuestras horas durante varios años.
En primer lugar y a través de la presente guía, por ejemplo, podremos conocer la gran variedad de franquicias existentes. Encontraremos una ficha técnica de cada concepto encuadrada dentro de su sector de actividad, en dicha ficha aparecen los aspectos básicos de esa franquicia: actividad, dirección, teléfono, número de establecimientos, inversión necesaria, royalties, dimensión del local, etc.
Para evitar la aportación de una información engañosa y la omisión de datos por parte de los franquiciadores respecto a sus planes de negocio, el Real Decreto 2485/1998, de 13 de noviembre, por el que se desarrolla el artículo 62 de la Ley 7/1996, de 15 de Enero, de Ordenación del Comercio Minorista, ha regulado en su artículo 3 las obligaciones informativas a las que deberá hacer frente todo franquiciador ante sus potenciales franquiciados. Conozca esta normativa y sepa cuales son sus derechos.
Debemos ser conscientes de que el Franquiciador siempre nos ofrecerá la mejor cara de su negocio, que, al fin y al cabo, nos está vendiendo. El no haber sido lo suficientemente prudentes para hacer un estudio mínimamente serio de nuestra franquicia, de todos sus costes y sus posibilidades de explotación, es un error sólo imputable a nosotros. No desconfiemos de nuestro franquiciador en concreto, pero no confiemos en nada que pueda ser comprobado, comprobémoslo.
Un punto de apoyo muy importante a la hora de estudiar tanta documentación son los actuales franquiciados de cada una de las enseñas, ellos son las personas con quienes podremos contrastar la veracidad de toda la información facilitada por el franquiciador.
A la hora de estudiar la información recopilada nos centraremos en dos aspectos: el económico y el legal.
Un negocio puede ser fantástico en una determinada ubicación y en otra, por muy distintos motivos, no serlo tanto. Analicemos las posibles fuentes de competencia, si ha habido experiencias anteriores, si es un negocio estacional.
Cuando alguien se plantea la posibilidad de invertir en un negocio miles de €uros, ronda lo irresponsable no analizar con toda seriedad lo siguiente: las previsiones de rentabilidad de dicho negocio, las obligaciones que asumo con la firma del contrato de franquicia, las anteriores experiencias sufridas o disfrutadas por otros franquiciados.
Seamos especialmente metódicos a la hora de analizar los “números”, sepamos cuánto me cuesta abrir ese negocio franquiciado, cuanto es razonable facturar y cuál debe ser el beneficio que debemos esperar. El que una vez firmado el contrato e iniciada la explotación del negocio nos encontremos con que no habíamos previsto determinados gastos o, que el presupuesto de adecuación del establecimiento no incluía determinadas partidas, o que la facturación difiere sustancialmente de la prevista, no es algo que sea únicamente culpa del franquiciador.
Lo que si está claro es que si está pensando en establecer un negocio no deje pasar las múltiples oportunidades que le brinda el sector de la franquicia cientos de miles de personas en todo el mundo ya lo han hecho.
¿Qué se preguntan de manera prácticamente común todas las personas que quieren comprar una franquicia de autoempleo?
Las empresas franquiciadas tienen mayores posibilidades de éxito que otros negocios pequeños de propiedad independiente.
Un negocio en franquicia es, ante todo, un negocio con éxito probado en el que el franquiciador aporta y facilita todos sus conocimientos y su saber hacer al franquiciado. Asimismo, el franquiciado puede beneficiarse de las economías de escala de toda red constituida, lo que le aportará un importante ahorro de costes. Ésta unida a un trabajo duro y consciente son sin duda una buena fórmula ganadora.
No obstante, todo esto no significa que el sistema de franquicias ofrezca una seguridad total, todo negocio lleva asociado un riesgo, pero el sistema de franquicia minimiza ese riesgo por la propia esencia que le caracteriza, y que no es otra que la de estar basado en un formato comercial de éxito probado.
Actualmente, el sistema de franquicia es una de las fórmulas empresariales que mayor desarrollo está teniendo en los países industrializados, por las innumerables posibilidades que representa, tanto para el franquiciado como para el franquiciador.
En la actualidad, este sistema de negocio mueve más de 20.000 millones de €uros en nuestro país y supone más del 15% de la actividad del comercio minorista. Cifra esta que aumenta en importancia si tenemos en cuenta que casi el 99% de las empresas españolas son de pequeña y mediana dimensión.
Los franquiciadores se están convirtiendo así en uno de los elementos más dinámicos en lo que respecta a generación de empresas y creación de empleo en todo el mundo. Este modelo de acuerdo comercial proporciona a los empresarios un medio asequible para iniciar y/o acelerar su expansión, permitiéndoles conseguir sus objetivos más rápidamente y con menos riesgo que utilizando otras modalidades de crecimiento.
Integrarse en una franquicia es una decisión importante que hay tomar con amplio conocimiento sobre las consecuencias de la misma y teniendo en cuenta las ventajas y los inconvenientes que representa, a todos los niveles.
Con anterioridad a conocer estas circunstancias usted debe dar adecuadamente los pasos y guiarse hacia el objetivo de ser franquiciado. Repase nuestro apartados “Los cinco pasos para montar mi franquicia de autoempleo”
Pero, al margen del tema puramente monetario, hay que reconocer que el éxito llega sólo a través del esfuerzo y la perseverancia. En realidad, el éxito o el fracaso dependen de su trabajo.
Aunque comprar una franquicia lleva aparejado un conjunto de aspectos a tener en cuenta, hay dos que destacan por encima de los demás y que determinan el futuro éxito o fracaso de todo negocio. Lógicamente no son los únicos pero sí fundamentales.
El primero es una buena elección basada en y el segundo es la dedicación y el esfuerzo personal que usted tendrá que estar dispuesto a aportar. Por bueno que sea el sistema de franquicia será muy difícil que este tenga éxito si usted no aporta un importante esfuerzo personal.
Resumiendo. Hay que investigar antes de invertir.
Es también importante requerir los servicios de un asesor para que examine el contrato, persona que no sólo deberá ser experta en franquicia, sino que también deberá conocer la legislación existente sobre el tema. Al mismo tiempo, su asesor deberá examinar las condiciones del acuerdo de franquicia y su oferta antes de firmar cualquier contrato.
Repase el apartado anterior donde puede conocer las ventajas e inconvenientes de este sistema de negocio.
No olvide que todos los negocios exitosos requieren una gran dedicación y un duro trabajo. Hay que estar dispuesto a comprometerse en este sentido.
No existe un patrón estándar sobre el perfil más adecuado para poder entrar en la franquicia. Esto es debido fundamentalmente a la existencia de franquicias operando en diversos sectores de actividad. Cada una solicitando unos requisitos diferentes.
No se puede especificar, de manera global, las condiciones idóneas para poder ser franquiciado. Lo que si se puede es establecer unas pautas generales para orientar a los futuros franquiciados en este sentido:
En la franquicia es necesaria la colaboración de las dos partes para que el sistema funcione a la perfección.
El franquiciador le aportará todos los conocimientos necesarios para que usted pueda iniciar su negocio de forma similar al resto de los miembros de la red. Lo hará a través de los Manuales Operativos y de los cursos de formación. Además, le cederá el uso de su nombre. Y le prestará un apoyo y un soporte permanente a lo largo de la duración del contrato.
Usted, como franquiciado, deberá aportar la inversión necesaria para desarrollar el negocio. Se hará cargo de los gastos de explotación del mismo, incluyendo los de personal, y será el responsable absoluto de la gestión del mismo.
Una investigación previa para comprobar que la estructura de la central de franquicias es suficiente para cumplir lo pactado es básica antes de formalizar la relación. En cualquier caso, las exigencias y las prestaciones de unos franquiciadores y otros varía en función del tipo de negocio y del tamaño de la red.
La verdad es que, de momento, no hay forma de estar completamente seguro. Pero, con una buena asesoría, el fraude y la decepción son menos probables. Porque como poco, el franquiciador ha debido entregar una variada información que el futuro franquiciado puede utilizar para evaluar la oferta con más elementos de juicio.
En este ámbito, el historial y reputación de la empresa y sus directivos cobran un gran valor. La I.F.A. (International Franchise Association) recomienda que el futuro franquiciado, con la ayuda de su consultor, evalúe cuidadosamente la información y el material obtenido. El franquiciado debe también estar absolutamente seguro de haber contactado con un buen número de personas que ya han comprado franquicias de la enseña que se está considerando, con las que podrá cotejar cualquier información que no le parezca lo suficientemente clara. Esta información tiene un enorme valor a la hora de evaluar el «grado de satisfacción» de éstos con la enseña en cuestión.
No todas las franquicias suponen tan buenas oportunidades como parece. Usted deberá saber diferenciar unas de otras.
Una empresa de consultoría tiene la misión de aportar a sus clientes los conocimientos especializados sobre el sector de los que carece la mayoría del público y hacerlo con el mayor rigor posible. Para conseguir esto es necesario un conocimiento pluridisciplinar y contrastada experiencia.
Una consultora ha de guiarle a la hora de seleccionar una opción de franquicia que se adecue a su perfil. Prestar un asesoramiento adecuado en cuanto al contrato de franquicia; elaboración de planes provisionales de gestión; aportación de opciones de financiación; etc.
Asegúrese de que conocen el mercado de la franquicia y tienen una amplia experiencia en el mismo. Si trabajan con franquiciadores tendrán que exponérselo abiertamente.
Los requisitos de inversión difieren tremendamente. Todo depende de la enseña y del tipo de negocio. Aunque las marcas proporcionen la información inicial hay que revisarla siempre convenientemente.
En una franquicia de autoempleo, la inversión depende de muchos factores como el concepto de negocio, el sector de actividad, el franquiciador, etc. Por norma general podemos situar la inversión media entre los 45.000 y 90.000 €uros. No obstante, existen franquicias en niveles inferiores de inversión, dependiendo principalmente de la ocupación en metros cuadrados, que sea necesaria, y de la inversión en activos fijos.
Para el autoempleo y franquicia, no es imprescindible que usted disponga del 100% de la cantidad exigida. Si dispone de unos recursos propios de entre el 70% y el 85% de la inversión total a realizar, existen diferentes tipos de financiación específica, adaptada a las necesidades de cada futuro franquiciado, por parte de determinadas entidades bancarias.