Larga vida a la franquicia
LARGA VIDA A LA FRANQUICIA
«Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas esas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sea durables, y de aquí sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca».
Me ha llegado en un correo de mi querida Silvia, y la reflexión es bien clara, además de haber sido escrita hace pila de años y en una época donde no había ni teoría Z , ni Euribor ni el Ebitda se llamaba así.
Era la vida misma. La vida está llena de ciclos y parece que de este salimos. O deberíamos salir.
Son ya 5 años de asimilar primero, asumir después , llorar las perdidas de los lujos que el “estado del bienestar” –mentira y gorda- y ponernos en orden de marcha con el “estado de estar” al que buenamente podamos acceder por mor de nuestra capacidad de generar lo que a cada uno le toque. Y no hablo solo de dinero. Al fin y al cabo vivir en España ya se supone que es más “bienestar” que en Siberia, digo yo. Pero además, queríamos chaletazos, descapotables, cenar mi-cuit en un Lounge y viajar a Laponia en navidad.
Por eso éramos felices cuando el director de la sucursal nos decía: Sin problemas, te doy el 120% del valor del piso en la hipoteca, y así te compras y te gastas y olé. Nadie se enteró de que las garantías en España son individuales, y no del bien hipotecado.
Hablo del falso salto socioeconómico que deslumbró a tantas personas que pasaron de ingresar un salario razonable, tener pautas de consumo y tasas de ahorro razonables, al “guerra pa mi cuerpo”. Frustraciones, desubicaciones, y falta de futuro generado por la falsa ilusión de ser “reyes por un día”.
Y a firmar letras, pasar tarjetas, y pegar fuego a cualquier ingreso que nos pase por delante.
Todos hemos pasado por etapas positivas, que suceden a las negativas, y así en un ciclo sin fin, vamos pasando la vida. Ni seremos tan ricos como nos hicieron creer, ni tan pobres como nos hacen sentir.
Si sustituimos el tener por el ser, mejor nos iría. Diviértanse, es lo que se van a llevar por delante.
Javier Pelayo