Emprender en franquicia
Mejor aprendo a caminar bajo la lluvia.
Entre otras cosas porque no sabemos cuanto va a durar, y llevamos ya 6 años empapándonos, pasando frío y mirando al cielo.
Estamos empezando a notar ese cambio mental, esa actitud rebelde, resolutiva que tenemos, unos por devoción y otros por obligación, que nos lleva a emprender caminos distintos en vez de chocar una y mil veces contra una pared. Porque a fin de cuentas, que sentido tiene insistir en algo que ya acabó? Vida nueva.
La semana pasada estuve reunido con un emprendedor con 83 años. Sí, no he escrito mal. La cuestión es que estaba buscando un proveedor para un asunto de postres Premium, y me dijeron en un local de Urban Diner que había dejado allí una tarjeta un señor que fabricaba tartas norteamericanas originales, y que quería suministrar allí.
El caso es que hablé por teléfono y me reuní con Burton Novack, que así se llama el personaje. Es un Ingeniero prestigioso, que lleva 40 años en España y que después de una vida diseñando factorías, plataformas etc, y ya retirado, se dio cuenta que la única pastelería norteamericana que había en Madrid se cerró por jubilación.
Y abrió una pastelería. La primera experiencia en ese ámbito. Con 83 años….
Pues me cité con él en la pastelería, y francamente, la decoración, modelo y demás, podría pasar por una franquicia. Bonita, tematizada y muy bien organizada. Se nota que detrás del local hay un ingeniero. De hecho, eligió el local porque tenía gas, no mencionó nada de ubicación comercial etc…
Y se baja de una furgoneta en la puerta un tipo de 83 años (insisto) con cara sonriente, me saluda y me explica que viene de repartir unas tartas a un restaurante , que el conductor se ha puesto malo.
En fin lecciones que uno apunta con “rotulador gordo”. Pues probé las tartas, hablé con Burton y vi la esencia de por qué merece la pena ser emprendedor. Le brillaban los ojos explicándome su concepto, porqué no usaba tal o cuál producto y la razón de sus estrategias, decisiones , motivos.
Seguro que alguien así ha tenido fracasos en su vida. Pero seguro que también se le han olvidado, porque encontró un camino para avanzar, ilusionarse ,crecer.
Porque también podría haberse quedado en el sillón , lamentándose de lo mal que está todo, de que las pensiones no suben, de que me jubilo a los 47 con un poco de suerte….
Que tal si nos aplicamos el cuento, y salimos del sillón, nos mojamos y emprendemos?
A Burton y a mí nos gusta que nos dé la lluvia en la cara.
F. Javier Pelayo